A simple vista, a no ser que seas profesional de la nutrición o muy sabido en temas de alimentación saludable, no pensarías que unas “hierbitas” tan diminutas y aparentemente frágiles, pueden contener una cantidad brutal de nutrientes. Los brotes germinados se consideran los Superalimentos más top por excelencia. Son nada más y nada menos que vegetales y plantas vivas en su estado primerizo, en su estado puro.
El proceso de germinación hace que la semilla incremente su valor nutricional significativamente y que su digestión y capacidad de absorción sean mucho más fáciles. Al tomarlos, estamos ofreciendo un chute de energía concentrada a todas nuestras células. El brote entero puede comerse, incluyendo las raíces y hojas. Son sencillos de preparar, mejor consumirlos crudos, porque la cocción destruye gran parte de su contenido nutricional. Se comen crudos en ensalada, salteados, en zumos o bocadillos, etc.
¿Por qué deberías incorporarlos a tu alimentación? Entre otras cosas porque…
- Favorecen los procesos de desintoxicación, depuración y eliminación de residuos almacenados en los tejidos o en la sangre.
- Son grandes antioxidantes, por lo que retrasan el envejecimiento.
- Su contenido en vitaminas es entre 3 y 12 veces más elevado.
- Revitalizan el sistema digestivo, es decir, ayudan a su propia digestión y permiten que el organismo descanse y se regenere.
- La actividad enzimática es cien veces mayor de la que encontramos en las frutas y verduras, es decir, comer un buen puñado de brotes de remolacha es mucho más nutritivo que comerte una entera.
- Ayudan a prevenir enfermedades.
- Rebajan el índice de colesterol.
- Tonifican el sistema nervioso.
- Contribuyen a mantener la elasticidad de las arterias y la vitalidad del sistema glandular.
- Alivian el estreñimiento, fortalecen el intestino y la flora intestinal, contribuyen a eliminar gases y desechos.
- En definitiva, FAVORECEN LA SALUD Y ALARGAN LA VIDA.
¿Cómo podemos cultivarlos en casa?
Hay varias formas de hacerlo; en tarros, en bolsas de tela o en bandejas, por ejemplo. Yo de momento solo he probado a hacerlo en bandejas germinadoras y la verdad es que el resultado es espectacular y sencillísimo. Dependiendo del tipo de semilla que queráis germinar, el tiempo de crecimiento será menos o mayor, en las instrucciones del sobre donde vengan las semillas os indicará los tiempos. Lo que sí os recomiendo es que las semillas sean procedentes de brotes ecológicos.
BANDEJAS GERMINADORAS:
- Hidratar las semillas sumergiéndolas en un recipiente con agua durante unas 6 horas.
- Llenar con agua la bandeja hasta el nivel superior y luego colocar la rejilla.
- Escurrir y distribuir las semillas necesarias uniformemente sobre la bandeja.
- Comienza la germinación. Mantener la temperatura entre 20-25ºC y el nivel de agua justo por debajo de la bandeja.
- Colocar la tapa trasparente de plástico sobre la bandeja.
- A los 2 días, retirar la tapa y dejar crecer unos 8-10 días hasta la altura deseada.
- Recolectar los brotes con una tijera. Están listos para consumir. Se conservan hasta 10 días en la nevera.
BOTES GERMINADORES:
- Hidratar las semillas sumergiéndolas en agua, dentro del bote durante 4 horas.
- Luego, escurrir el agua con la ayuda de un paño como filtro. Repetir la operación 2 o 3 veces el proceso.
- Quitar los restos de agua del frasco y distribuir lo mejor posible las semillas para que estén ventiladas.
- Comienza la germinación. Mantener el bote entre 20-25ºC en un lugar a oscuras y con circulación de aire.
- Repetir el proceso de lavado y escurrido 2 veces al día, hasta que los brotes alcancen el desarrollo deseado.
- Los brotes ya están listos para consumir. Se conservan hasta 10 días en la nevera.
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